FESTIVAL TAURINO A BENEFICIO DE LA ASOCIACION ESPAÑOLA
CONTRA EL CANCER EN JAEN. 7 de marzo de
2015.
Tres cuartos de entrada registraba la Plaza de Toros de
Jaén. El púbico que llenaba los tendidos, solidario con los fines benéficos de
este XV festival taurino, en parte no es el que habitualmente acude a las
corridas en Jaén. Sirva este tipo de eventos para captar afición en la capital jiennense,
que falta nos hace.
Se lidiaron seis novillos de Domingo Hernández y un eral de
Enrique Ponce que dieron buen juego. Al 6º se le premió con la vuelta al ruedo.
Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, recibió al primero de la
tarde con una larga cambiada y pases a la verónica de calidad. Con la muleta
instrumentó seis series con ambas manos de calidad muy aplaudidas, pero no tuvo
suerte con los aceros, pinchando en cuatro ocasiones, pese a que entró con
rectitud, perdiendo los trofeos. No obstante nos dejó para el recuerdo una gran
faena propia del gran torero que sigue siendo. Le deseamos suerte para su
próxima reaparición en Sevilla.
Se fue a porta gayola Manuel Cruz “Morenito de Jaén” que se
despedía de los ruedos. El diestro, nacido en San Sebastián, pero afincado en
Jaén, había tomado la alternativa en esta plaza el 21 de abril de 1.984 de
manos del malogrado Francisco Rivera
“Paquirri”, siendo testigo Luis Francisco Esplá. La confirmó en Madrid el 16 de
abril de 1.989 y posteriormente cambió el oro por la plata. Gran reiletero y de
sobrado valor, cumplió su deseo de despedirse, en esta ocasión, de matador.
Como decimos se fue a la puerta de chiqueros para recibir a su novillo de
rodillas, con mala fortuna ya que resultó arroyado. No obstante se recompuso y
al hilo de las tablas dio una larga cambiada a la que siguieron tres verónicas
de calidad que fueron rematadas con media. Intentó hacer un quite por lopecinas
resultando nuevamente prendido por el novillo. Cumplió en el tercio de
banderillas, teniendo el detalle de haberlas vestido de color rosa; el del lazo
del cáncer de mama. A los acordes del pasodoble que lleva su nombre, toreo muy
despacio con la muleta, dando pases profundos de gran calidad, alternando con
otros de rodillas, demostrando que a sus 56 años está en gran forma física y
conserva el valor de cuando era novillero. Terminó su actuación con una
fulminante estocada, que fue la mejor de la tarde. Cortó las dos orejas.
Enrique Ponce demostró que es una de las máximas figuras del
toreo y que domina todas las situaciones. Lo difícil lo hace fácil. Recibió a
su enemigo con buenos pases a la verónica rematados con una media de cartel.
Con la franela instrumentó varias series con ambas manos, con pases muy ligados
toreando en redondo a los sones de “Manolete”. Terminó su faena con una
estocada hasta la empuñadura y fue premiado con dos orejas.
El diestro de Jerez, el maestro “Padilla”, demostró una vez más
que es el “Ciclón”. Tres largas cambiadas
de rodillas, al hilo de las tablas y un quite con el capote, alternando
chicuelinas con tafalleras, rematadas con una media y una serpentina, dejaron
en la retina la plasticidad de lo que es torear: arte. Dos pares de
banderillas, el segundo de gran calidad y uno al violín fue su actuación en
este tercio que no dejó a nadie indiferente. Con la muleta resultó prendido sin
consecuencias, al instrumentar un molinete de rodillas. Continuó su faena con
varias series por ambas manos estando en valiente. Tras una estocada algo
trasera terminó con su enemigo, siendo premiado con dos orejas.
Javier Conde cumplió con el capote en sus pases de recibo y
llevó al caballo, a su novillo por chicuelinas. Con la muleta instrumentó pases
sueltos de calidad dando varias series por ambas manos que no llegaron del todo
a los tendidos. Pinchó en la primera entrada y seguidamente recetó una estocada
algo caída, recibiendo una oreja que otorgó la presidencia ante la petición
mayoritaria del público.
El “Fandi” recibió con verónicas de rodillas. El quite con
tres lopecinas, dos chicuelinas (una de rodillas) y una revolera, arrancó los
aplausos de los tendidos. Dos pares de banderillas espectaculares y uno al
violín dieron pie a un cuarto par que resultó deslucido. Con la muleta inició
la faena dando derechazos de rodillas continuando con varias series por ambas
manos que fueron aplaudidas. Una estocada casi entera y algo tendía le fue
suficiente para terminar con el novillo, que fue premiado con la vuelta al
ruedo y al que cortó las dos orejas.
Terminaba este festival con la actuación del novillero sin
caballos, Alfonso Cadaval, que lidió un eral de la ganadería de Enrique Ponce
muy bien presentado al que no pudo lucir con el capote, pues no se empleaba
pese a insistirle. Ya con la muleta instrumentó una larga faena que fue de
menos a más dando varias series por ambas manos. Terminó con una tanda por
naturales que dejaron buen sabor de boca. Entró a matar dejando una estocada
algo defectuosa, que le obligó a descabellar. Fue premiado con una oreja.
Antonio Luis Gómez Jiménez
Presidente del Círculo Cultural Taurino de Jaén
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